Insomnio


 

Nunca escuché al bostezo,
y me desvelé cada noche
entregada al insomnio y al miedo
mientras las palabras
se evaporaban
muy lejos de mi alcance
o de mi voz

No oí al bostezo
y me quedé despierta
rodeada de monstruos
de noche, de frío
de murmullos noctámbulos
acechantes
en el temblor
de mi propio desvelo

Nunca escuché al bostezo
porque en el sueño
se enreda la verdad
y se disuelven
las pocas certezas
de un corazón medio muerto