Por Flavia Krauss y Victoria Ramírez Llera. Octubre, 2022
1.
Cuéntanos cómo nace
Lumpérica.
Más o menos a fines de 2018 creo la
editorial, a partir de un fondo al que postulo, del Ministerio de Cultura. En
ese momento yo tenía la idea de hacer la editorial, y justo en ese momento se
aperturaron esos fondos, y yo previamente había investigado un poco sobre las
ediciones cartoneras, había estado en Chile y ahí conocí a La Vieja Sapa
Cartonera. Me gustó mucho la propuesta de las editoriales cartoneras, que
básicamente, con su lógica de trabajo cooperativa, que tiene incidencia en el
territorio, con las comunidades donde tú estás, y trabajar de esa forma,
haciendo libros, enseñando a hacer libros, formando comunidad, me llamó mucho
ese tipo de trabajo horizontal, y bueno, a partir de herramientas que también
uno dispone y también por el trabajo político que tienen, investigué Eloísa
Cartonera, y bueno, con ese fondo yo postulé para hacer talleres justamente, de
lectura, para hacer talleres de encuadernación, y bueno, yo ya tenía en mente
difundir literatura latinoamericana, y bueno, hice un concurso también de
poesía latinoamericana contemporánea con los fondos, y bueno, hice los
talleres, hice el concurso. Y bueno, hasta el 2022 sí ha cambiado igual la
propuesta, materialmente tal vez, y bueno, también algunas cosas, pero se
mantiene ese sentido cooperativista, colectivo sobre todo, trabajo colectivo.
2.
¿Qué
tipo de estudios hiciste o revisaste?
Como yo conocí la editorial La Vieja
Sapa y me llamó la propuesta, me llamó por qué los libros están hechos de
cartón, igual yo había visto aquí en Perú a Sarita Cartonera, y vi que también
difundían literatura latinoamericana, y como yo siempre he querido hacer tipo
fanzines o un trabajo así, medio underground, entonces esta propuesta me
gustó muchísimo, y bueno, yo busqué simplemente en Internet entrevistas, por ejemplo,
de Washington Cucurto hablando de las editoriales cartoneras y todo los
trabajos que encontré en realidad, que tampoco fueron muchos, pero tampoco
fueron muy cortos, y me ayudaron a tener una amplitud del trabajo cartonero y
fue lo que me animó mucho para lo que yo también quería hacer, que era
básicamente incidir en mi comunidad, o, de alguna forma, trabajar con personas,
así, de forma colectiva, entonces dije “guau, esta propuesta es muy
interesante, muy genial, me gusta mucho y bueno, voy a abrir mi editorial
cartonera”.
Cómo se desenvuelven, en qué espacios
trabajan, con qué tipo de públicos, todo eso no, y bueno, de ahí conocí además
a Amaru Cartonera, que principalmente está en Cuzco, que también es una
cartonera que ya tiene muchos años y con ella yo hice un taller, me enseñó a
encuadernar… así fue llevando también talleres con ella, incluso una vez llevé
talleres con Caserita Cartonera, y bueno, de ahí yo estuve aprendiendo también
en YouTube, con tutoriales, y así, tratando de aprender y a su vez enseñar a
más gente.
3.
¿Por qué eliges el
formato cartonero en vez del tradicional?
Bueno, primero porque, como te
menciono, quería hacer un trabajo con herramientas de las que uno podría
disponer y que, a su vez, posteriormente vi que había todo un sentido político,
medioambiental… pero también porque yo no tenía tampoco herramientas cuando yo
quería hacer una editorial, yo en la universidad llevé más cursos teóricos,
igual vengo de la literatura, y no llevamos como un curso donde nos enseñen
todo el proceso editorial, que creo que es lo que más falta aquí en Perú,
incluso como carrera o maestría, hay muy poco en realidad, entonces uno mismo
tiene que aprender por su cuenta, hacer un trabajo de campo, seguramente muchos
han aprendido así, o llevando cursos… y luego yo también estuve investigando
por qué con el cartón y luego ya me enteré la historia también, la historia
social, de Argentina, y por qué reciclaban y cómo se trabajaba, porque no solo
era “ya, voy a trabajar con cartón y ese va a ser mi material”, sino cuál es el
sentido también, qué hay detrás, y justamente, cuando postulé a los fondos quería
también comprar el cartón a los que venden aquí por mi barrio. Ha sido tal vez
desde el lado más social trabajar con esta herramienta, que uno tiene a la mano
además también en casa puede estar reciclando distintos materiales y
reutilizarlos.
4.
¿Quiénes conforman el
equipo de la editorial?
Actualmente, yo diría que en realidad
la editorial es posible por todas las personas que están ahí siempre apoyando,
o están interesados, o están ahí como formando parte, difundiendo y todo, pero
digamos que de la gestión ahora la que se encarga más soy yo. Igual yo siento
que a veces, por el tiempo, no manejo la editorial como me gustaría, por ahí
tener una editorial, además una cartonera, pareciera un trabajo a pequeña
escala, porque tampoco hay esa ambición de ganar dinero o hacerte una
empresaria. Claro que igual hay que gestionar las publicaciones y todo. A veces
sí siento que por el mismo modo de vida, sí se me hace a veces un poco
complicado, y bueno, acá como que hay también, cierto, no sé siento, que quizás
tal vez en Lima no se conoce mucho el trabajo editorial cartonero y a veces,
por algunos círculos que son más académicos, como que tal vez por ahí lo ven
como inferior, pero, ahora, por el tiempo, siento que sí, que a veces me falta,
me gustaría hacer muchas cosas más con la editorial, por ahí no he encontrado
tampoco un partner que le guste mucho la poesía, que es lo que
principalmente me gusta, pero igual yo ahora igual tengo más contacto con
colectivos con los que puedo hacer proyectos en común y por ahí voy viendo con
la editorial de qué forma activo, qué cosa quiero publicar y todo ello.
5.
¿Cuál es la línea
editorial de Lumpérica?
Ahora, más que cartonera, yo siento
que es ya una editorial, porque mi interés ha oscilado ahora en diversos
formatos, experimentar con diversos formatos materiales, y por ahí, no sé, me
llaman mucho formatos como la poesía objeto, resignificar objetos, utilizar
otras herramientas aparte del cartón, aprender otros tipos de impresión… El
mundo editorial es súper amplio y me interesan mucho distintos tipos de
trabajo, por eso, más que cartonera, he estado haciendo ahora último trabajos
con QR electrónicos, he estado trabajando más con la computadora, incluso con
programación, haciendo libros electrónicos, utilizando diversas propuestas y
herramientas también, y al inicio mi interés era más por el lado de literatura
latinoamericana contemporánea, gracias a eso también igual hace poco que estuve
en Argentina, pude presentar a los compañeros que había publicado de allá; no
me imaginé que en algún momento iba a ser posible eso, yo sé que iba a ser
complicado porque es difícil a veces que los autores viajen, vengan y todo eso,
pero yo desde un inicio tenía claro que tenía que hacer algo medio virtual,
tipo un podcast o un canal de YouTube donde pudiera dar difusión a lo que yo
quería hacer, que era literatura latinoamericana, pero por ahí también he
difundido más literatura no canónica, que le llamo, de acá de Perú, literatura
de autores que me parecen muy buenos, que hay que rescatarlos, y que por ahí a
veces no se les da mucha difusión. Y entre ellos han sido autores regionales
también, de provincias de acá del Perú, y yo creo que desde ahí, en el camino
mejor dicho, se ha aperturado eso. Los autores últimos que hemos publicado son
justamente de una provincia del Perú que es de Huancayo, entonces, por ahí la
propuesta no se ha disuelto mucho, porque sigue siendo dar espacio a autores
que, tal vez, una editorial, a veces como que no entiende mucho las propuestas
colectivas, entonces las últimas publicaciones que hemos hecho son como
propuestas más que de un autor, más colectivas, incluso como que la propuesta
es que los autores no se visibilicen tanto, más que la propuesta es el trabajo,
incluso ahí, en ese trabajo, se juega con el trabajo de otros autores tal vez,
de los 80, 70 de aquí, peruanos, pero con las herramientas se trata como de
ampliar todas esas propuestas y, bueno, eso es más que nada la última
publicación.
Ahora podría yo decir que el trabajo
está más enfocado en poesía electrónica peruana, por ahí yo estoy investigando
también, estoy con colectivos, y bueno, y por ahí mis investigaciones me
resuena mucho, porque justamente es un trabajo más colectivo, donde la autoría
ya no esté tan lo principal. Investigando y haciendo a la vez, este es el
proceso.
6.
Las editoriales
cartoneras nacen a partir de una crisis, como una respuesta desde la
contracultura. ¿Creen que queda todavía ese espíritu entre las editoriales
cartoneras actuales?
Yo diría que sí, porque, como te
comentaba, siento que por ahí la forma muy tradicional que tenemos, sobre todo
los que venimos de la literatura, a veces podemos tener ideas muy cerradas con
respecto a editar, a escribir, a
publicar, a distribuir, todo es una cadena muy amplia desde la edición
que tiene que ver con circuitos de distribución, ferias, formas de escritura,
entonces por ahí eso no permite que se dé espacio a propuestas que se están
haciendo y que es necesario estar ahí, aperturando, como editor es necesario
tener una visión amplia, no cerrarse a la propuesta de una. Pero a veces una
está más próxima a cierto tipo de escritura, pero bueno, con respecto a un
contexto, hablando más desde un sentido más económico, también por ahí, por eso
es que me interesa mucho utilizar herramientas digitales para la literatura, en
este caso, electrónica, porque siento que desde ahí uno puede seguir con esta
idea de democratización cultural, de acceso al libro, y yo sé que si bien hay
brechas digitales también, es necesario acelerar los procesos también,
aprovechar lo que uno tiene a la mano y estarse especializando y posibilitando
que esas herramientas se masifiquen y lleguen a las comunidades, que era lo que
uno en principio quería hacer, desde el cartón, pero ahora con las herramientas
digitales, y yo he ido a algunas provincias y si bien a veces no se dispone de
esas herramientas, computadoras y todo lo demás, me parece que debería ser una
política pública muy importante en Perú para masificar la cultura y el
conocimiento también. Ahora en Argentina me llamó mucho la atención, que yo
prácticamente no me compré chip, porque dije “el internet me entra en el subte,
me entra en el museo, en otros lados, en la calle… qué genial, ojalá en el
futuro se masifique internet y haya un acceso que, si bien puede varias por
territorios, por conectividades y todo lo demás”, me parece la visión que si
uno como difusor de conocimiento, yo trabajo en biblioteca y por ahí siento que
también es como una obligación estar ahí informándose y actualizándose y viendo
de qué manera puedes seguir contribuyendo a que las personas puedan seguir
teniendo un acceso al libro, en este caso el libro digital.
7.
¿Crees que se puede
hablar de un “movimiento cartonero” o “generación cartonera”, entendido como un
grupo literario específico?
Pues no sé, porque yo siento que a su
vez eso sería como homogenizar mucho, no sé si podría homogeneizarse el
movimiento cartonero porque cada uno tiene sus perspectivas, sus propias
experiencias, visiones, he hablado mucho con varios compañeros de movimiento,
pero no sé si podría hacer además, específicamente literario, porque algunos
están muy enfocados en otros espacios: más educativos, más de cárceles, más
sociales, y otros sí también les interesa más lo literario, eso ya depende de
cada editor y de sus intereses. En mi caso sí es más literario, claro,
literario pero social también, y no sé si de repente por ahí uno tiene un
enfoque más literario que social. Tampoco podría decir que esté bien ni mal,
simplemente es la propia visión que cada uno tiene con respecto a cómo concibe
la edición cartonera. Igual creo que la edición cartonera ha abierto mucho a
propuestas así, emergentes, a otro tipo de trabajo que tal vez en una editorial
convencional no verías, a un trabajo más organizativo, más de espacios
públicos, más de espacios sociales, cosa que es un poco más… igual en Perú
también algunas revistas y editoriales que querían masificarse y trabajar desde
lo popular, lo social, también incidían en las cárceles, el mismo Vallejo hizo
su Trilce en una cárcel, con los obreros que trabajaban ahí, y desde ahí podría
rastrearse en la edición peruana ese tipo de trabajo social de la edición.
8.
Hay quienes ven las editoriales
cartoneras como un formato literario “menor”, tanto por la factura como por la
calidad de las obras, ¿qué responderías a esa crítica?
Yo sigo pensando que es por estas
ideas tradicionales de la literatura, y bueno, yo siento que también hay
brechas que a veces no se suelen cuestionar en la literatura. A veces la
literatura se puede despolitizar, y a veces hay que cuestionarse quiénes tienen
acceso a libros. A veces, para algunos editores, el libro ya no es un
obstáculo, pero hay todavía indicadores de acceso a libros, tanto económicos,
pero no solo económicos, que hay que verlos no solo en un nivel micro, sino
también macro, porque cuáles son las estructuras que no permiten que la cultura
siga masificándose o de qué manera podemos trabajar para que pueda masificarse
y qué hacemos al respecto y también qué hacen las políticas públicas para
permitir eso. Esa es mi preocupación también, siempre, porque vengo desde ahí,
yo misma no tuve un acceso en la universidad, a pesar de que soy de literatura,
en Perú no encuentro una maestría o un curso que me enseñe, por ahí ya
investigando, uno haciendo un trabajo de campo, incluso yendo a ferias ahí
puede ver el trabajo, y muchas autopublicaciones además, ellas mismas, sobre
todo de disidencias, han estado investigando sobre los procesos editoriales y
hay muy buenos trabajos que me gustan mucho. Yo estoy a favor de que el autor o
el escritor se tiene que involucrar con los procesos, y a mí me interesa que
todo lo que aprendo, enseñarlo y a su vez seguir aprendiendo, por ahí era la
propuesta de editorial.
9.
¿Qué ha sido lo más
desafiante en la historia de Lumpérica?
Tal vez por ahí, como te decía, lo
del tiempo, yo trabajo en una biblioteca, ese trabajo me permite un poco más a
veces organizarme, y como te digo, me gustaría hacer muchas cosas a veces, por
ahí intento hacer lo que esté en mis manos y no sé, igual como que de Argentina
vengo con mucho movimiento cultural que hay allá a nivel editorial, que hay
muchas editoriales que se asocian... Igual aquí están como que surgiendo mucho,
en estos últimos años, las autopublicaciones, las editoriales artesanales, y yo
creo que asociarse, unirse con gente que esté haciendo lo mismo, trabajar de
forma conjunta, que a veces igual puede
ser complicado, porque cada quien tiene sus propias ideas para trabajar,
entonces por ahí a veces organizarse tampoco es tan fácil. Un tiempo estuvimos
intentando, en pandemia, hacer una feria, con Amaru, una amiga de Ecuador, un
chico de Colombia, y bueno, se dio, pero algo más virtual, más autogestionado.
La idea también era difundir y yo con un podcast que abrí en pandemia también
quise difundir, por ahí estuve difundiendo algunas editoriales cartoneras y nada, ahora yo estoy pensando hacer algo
también más virtual con el canal también, el YouTube, y ahí, conversando con
amigos que tenemos proyectos en común o nos interesan cuestiones similares, por
ahí darle movimiento, a ver qué se origina.
10.
¿Qué es literatura para
ti?
Me resuena mucho esa pregunta porque
he tenido una muy buena profesora de literatura en el colegio, creo que eso
impacta mucho cuando a una le gusta algo tal vez, y no sé, como que tenía mucha
inseguridad, pero a su vez me gustaba leer y esa profesora siempre estaba
impulsándome, en hacer, me metía mucho en eventos, y yo igual salí de la
universidad y me puse a estudiar administración, porque ni sabía que había
literatura en carrera, pero por un tema económico tuve que retirarme y luego me
puse a estudiar literatura y mi respuesta era que simplemente quería estudiar
literatura porque me gustaba mucho leer literatura, encontraba que era un
espacio, un mundo… estaba muy preocupada por lo social, a mí me gustaba mucho y
lloré con el Paco Yunque de Vallejo, esta novela de él y no sé, por ahí como
que la sensibilidad literaria fue más por el lado social, así que yo asocio
mucho la literatura con la sociedad, la política, con la historia y siento que,
si bien uno no es político propiamente, hace política también con la
literatura, incluso con la edición, todo el trabajo que uno hace es de alguna
forma político, desde cómo se relaciona, como se asocia, como trabaja, toda esa
visión parte desde el trabajo también y de hecho algunos escritos míos giran
mucho en torno a esta reflexión sobre el trabajo, y bueno, creo que está todo
muy interrelacionado y por ahí igual como que, por ejemplo, en la pandemia,
sentí mucho que lo social estaba muy presente, pero luego como que ya vi otro
tipo de lectura de la literatura, que justamente la literatura te permite crear
mundos posibles, por ahí leyendo a Ursula K. Le Guin, a Donna Haraway, Marc
Fisher, digamos, algunos autores más contemporáneos, te das cuenta de que la
literatura no solo se queda en el realismo capitalista, sino también está para
inventar esos mundos que queremos, y no perder esa capacidad imaginativa, de
los mundos donde estamos, y como posibilitar a través del arte lo social y lo
político, y bueno, por ahí he estado creando un poco algunos proyectos también
míos.