“Pero la noche es propia, íntima y libre”
Los siglos y las noches en vela son como pequeñas eternidades
la poesía también es como un relámpago en la eternidad.
Un pasado, una memoria que nos grita
desde un origen indescifrable,
un eco que se nos cuela en las entrañas.
¿Dónde quedó el paraíso de tiempos inmortales?
Eva, madre de todos, ya no nos arrulla más entre sus brazos
cortados por la muerte
nos expulsó de su regazo hacia el mundo abierto y aciago
peregrinamos entre noches
y días y noches
rodamos entre las piedras, nos ocultamos entre las ramas de los árboles
o entre los muros de las ciudades
clavamos la mirada en las estrellas, buscando nuestra primera patria
y el cielo le devuelve nuestros ojos perdidos
al desvelo.
Bajo nuestras huellas, se ha borrado el camino de regreso.