Mírame...

Mírame
vine a parirte de nuevo
a parirte de verdad
a lanzarte al mundo completo
con los pedazos que me faltan
con la vida que me arrancaste a tirones
y te sacudiste de los dedos:
la encontré, ¡sí!, la encontré
y revivo todas las cicatrices
todas se hicieron ondas, rojas y ardorosas
pero tú sabes bien cuánto amo el dolor
tanto que te dejé partir sin mí
sin que te llevaras una sola sonrisa.


Esa mañana supe que quedaste inconcluso
que había que parirte muchas veces
para que te encontraras y te vieras como yo te veía
tan vivo y tan definitivo
como más gustabas, como te reconocías
como más sentías el mundo.


Sí, quiero devolverte al mundo con las luces que te quité
ya no quiero que sigan siendo mías
por mucho que te muestren mi última serenidad.