Ansiedad


Ni una brisa cruza la ventana callada,
Abierta para escuchar el galope del vacío por el universo
Me hablan voces desde un parlante.
No tienen rostro, ni ojos que me miren
Ni manos que me toquen.
El único abrigo se llama silencio.

En este espacio donde el amor no daba abasto
Ahora debo intentar retener el reflejo que dejó.
Todo ha cambiado, todo se ha ido,
Mucho se ha muerto
Y mucho ha florecido.

Pero esta noche crece hacia los contornos del cosmos
Esa frontera donde nada termina
Porque nada nace ni nada muere.
Todo es. Tan sólo es.
Desde antes de la memoria.
Desde antes de estos libros, de estos muros, de esta alfombra
De esta cortina muda que ahoga el aire,
De esta puerta convertida en una frontera contra el mundo.
De estas copas llenas de sed,
Desde antes de que yo negociara conmigo misma cada palabra
Que exige este poema.

La noche se extiende por mis venas y embriaga todo el cuerpo
Me vuelvo oscura hasta la exhalación.
Soy un pedazo de ansiedad atrapado en la noche.

* Gracias a mis compañeros de Literatura Taller Espiral por leer, sugerir y mejorar este poema.