In memoriam


El tiempo acarició sus párpados
Los cerró con sus dedos trémulos y huesudos

En algún sitio del mundo
Debía ser atar - decer 
El horizonte se dibujaría eterno
Como una línea intacta sobre un mar delirante

El tiempo, sólo el tiempo
Humedeció sus labios resignados
Con la saliva amarga del deseo muerto.
Sólo el tiempo acarició su rostro
Con la voracidad de una equivocación.

En algún sitio del mundo no era noche
Y la aurora quemaba las ventanas
Derramándose en su piel, que palpitaba
La muerte no era muerte
La vida no era muerte
El amanecer no era una cruz.

El tiempo atravesó su garganta dolorida
Le deshizo el aire teñido de recuerdos
Se anidó en los restos de su corazón.

Sólo una convicción:
En algún lugar del mundo
Su corazón no era una tumba.