Azul

Nada es azul
Ni las venas que se dejan ver sobre la piel translúcida
Ni la sangre real de la princesa
Ni el príncipe azul con que se embriaga
En la noche azulada del bosque prohibido.


Nada es azul
No es más que una ilusión
Nada es azul
Ni el mar, ni el cielo ni la primavera.
¡Oh! Error maravillosos, mentirilla piadosa
que tiñera de añil almidonado
a las musas de los poetas de antaño.


Ni paz, ni luz ni sombra
No hay azul
Ni en los ojos de Dios ni en el amanecer
Sólo en las vanidades de aquellas, presuntuosas,
Que ensombrecen sus ojos con azules
Y lloran lágrimas de celeste hipocresía.


Nada es azul
Nada real es azul
Es sólo una limosna, un desliz del arcoíris
Que se burla de nuestra rutinaria
Abundancia de grises y marrones
Desteñida del brillo
Del reflejo divino de un azul irreal.