Rosas sin vinagre, Joaquín Sabina
A mi querido M. A., como abono a la cuenta de la distancia
Se inventan muchas cosas de Sabina:
Que es poeta, que es rojo y variopinto,
que su voz sabe a miel y a vino tinto
y que canta con letras asesinas.
Se rodea de Malas Compañías,
que en casas en el aire se reúnen
recitando a la madrugada, impunes
y yo quiero escucharlos otro día.
Cervezas, rouge, bombín, whisky sin soda,
lo que pase allá afuera no incomoda
mientras tengamos tus versos canallas.
Que no se apague tu voz de tabaco
que los que no creemos en zodiacos
nos eclipsamos, Flaco, cuando callas.